Es sorprendente como nos toca padecer los efectos secundarios del despilfarro público de varias décadas. Gobernantes ¿? de una y otra cuerda gastaron sin control lo impensable, construyeron infraestructuras innecesarias y otras las dejaron sin terminar, robaron... Ahora toca pagar, pero no a ellos, a los ciudadanos normales. Tardaremos años y ya empezamos a ver las primeras etapas de rebaja de la capacidad de compra de los españoles: impuestos indirectos especialmente (IVA, hidrocarburos) y por rebaja de salarios que observamos día a día. Dios salve al César, no sé si a estos sinverguenzas que parece que no van a pasar por la cárcel.
Este es el "aguinaldo" con el que el Gobierno nos obsequia a partir del primero de septiembre: ya tenemos dos cuestas, la de enero y la de septiembre. Veremos si no nos preparan algún otro puerto especial a mitad de etapa, ¡Aupa!
